En primer lugar, queremos lanzar una pregunta:



¿Cuántos de vosotros no habéis escuchado nunca un cuento de hadas?



Desde niños todos, especialmente las chicas, hemos recibido influencia de todas estas historias fantásticas que nos hacían soñar con un príncipe azul que vendría a buscarnos algún día.



El prototipo de chico valiente y romántico se entrelazaba con el de chica obediente, buena y sobre todo muy, muy bella. Todas estas características eran empleadas por nuestros padres como ejemplo de lo que debíamos ser en un futuro.



Durante los últimos años la publicidad se ha subido también al carro de los clásicos cuentos infantiles y los mitos. Este recurso publicitario parte de determinadas historias empleadas en un primer momento para enseñar lo correcto a un público infantil y que ahora tratan de crear prototipos también entre la población adulta.


Por supuesto, estas princesas ya no son aquellas jóvenes recatadas y obedientes. Ahora simbolizan la independencia, la libertad y, sobre todo, la sensualidad.



Por su parte, los príncipes continúan con su papel de héroes, si bien ahora dejan a un lado el romanticismo para convertirse en apuestos príncipes inalcanzables.



Generalmente se representan personajes femeninos, apareciendo los masculinos menor número de veces o en papeles secundarios. Destaca el empleo de este recurso en las campañas de perfumes, sin embargo también se ha empleado en campañas para anunciar productos muy comunes, como pueden ser una marca de colchones o una bebida energética.



También cabe destacar el empleo no sólo de personajes de cuentos infantiles, sino también de figuras mitológicas.






(Midnight Poison de Dior)





(Colchones Flex)




(Unión Fenosa)